NUESTRA SEÑORA DE LAS LAJAS

Oración para todos los días:
Oh, Virgen Santísima de Las Lajas, madre tierna y compasiva, venimos a ti con el corazón lleno de amor y esperanza. Te pedimos que nos acojas bajo tu manto protector, que ilumines nuestras vidas con la luz de tu Hijo Jesús y que intercedas por nosotros en todas nuestras necesidades. Con humildad te pedimos que nos ayudes a acercarnos más a Dios, que nos des la fuerza para enfrentar nuestras pruebas y que nos conduzcas por el camino de la salvación. Madre querida, escucha nuestras súplicas y preséntalas ante tu divino Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén
Dios te salve María… 

En el risco santo brillas sin cesar, 
con tu amor de Madre nos vienes a amar. 
Virgen milagrosa, fuente de bondad, 
escucha piadosa nuestra humildad.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

Tu imagen bendita, en la roca está, 
como fiel mensaje de amor y de paz. 
Oh, Virgen hermosa, consuelo sin par, 
a los corazones quieres sanar.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

En momentos duros, Madre sin igual, 
tu manto sagrado nos viene a abrir. 
Eres luz divina, refugio de amor, 
estrella que guía al fiel pecador.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

Quien llega a tus plantas siente el calor, 
de tu santa gracia y tu dulce amor. 
Oh, Madre querida, danos tu favor, 
protege a tus hijos con gran fervor.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

Milagros derramas con gran majestad, 
a quienes te invocan con fe y verdad. 
Tu mirada tierna, fuente de perdón, 
nos lleva seguros a la redención.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

Oh, Madre piadosa, Reina del lugar, 
danos esperanza para caminar. 
En esta montaña tu amor brillará, 
y toda tiniebla se disipará.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

Oh, Madre amorosa, danos tu paz, 
Tus fieles devotos llegan con fervor, 
a pedir consuelo y tu bendición. 
En cada plegaria hay un corazón, 
que busca en tu rostro paz y perdón.

¡Oh, Virgen de Las Lajas, refugio de amor,
en tu roca santa, escucha mi clamor!

Oración final:
Oh, Virgen Santísima de Las Lajas, en este día, después de haber recorrido junto a ti este camino de fe y devoción, nos acercamos a tu corazón con la humildad de hijos que buscan refugio en su madre. Hoy, con plena confianza en tu intercesión y con el deseo profundo de vivir bajo tu manto protector, nos consagramos a ti de manera total y definitiva. Te entregamos nuestras vidas, con todas sus alegrías y penas, éxitos y fracasos. Te entregamos nuestras almas, con todas nuestras luchas, dudas y pecados, confiando en que tú, como madre amorosa, intercederás ante tu Hijo Jesús para obtenernos el perdón y la paz que tanto necesitamos. Te consagramos nuestras familias, para que las bendigas y protejas. Que en nuestros hogares reine siempre el amor, la unidad y la paz. Que, por tu intercesión, sepamos superar las dificultades, perdonar las ofensas y vivir en la verdad del Evangelio. Te ofrecemos nuestro trabajo, nuestras aspiraciones y nuestras luchas diarias. Que cada uno de nuestros esfuerzos sea dirigido hacia la gloria de Dios y el bien de nuestros hermanos. Que sepamos ser instrumentos de paz y amor en el mundo, reflejando en todo momento tu presencia maternal.

DÍA PRIMERO (7 de septiembre)
Nuestra vida está llena de desafíos y momentos de incertidumbre. En estos tiempos, es fácil sentirse perdido y desamparado. Sin embargo, la Virgen María, nuestra madre celestial, nos invita a depositar toda nuestra confianza en ella. Como intercesora ante Dios, su amor y compasión nos brindan la certeza de que nunca estamos solos. 

Hoy, elevamos nuestra oración por aquellos que se sienten desesperados y sin esperanza. Que encuentren en ti, Virgen de Las Lajas, una fuente de consuelo y seguridad. Que tu intercesión les conceda la paz que tanto anhelan y les permita confiar plenamente en el plan de Dios para sus vidas.

ORACIÓN: Virgen de Las Lajas, en ti confío mis preocupaciones y temores. Enséñame a acudir a ti en cada dificultad, sabiendo que, como madre, jamás me abandonarás. Intercede por mí y por todos aquellos que hoy necesitan sentir tu presencia protectora. Amén.

DÍA SEGUNDO (8 de septiembre)
La fe es un don precioso que nos permite ver más allá de las apariencias, confiando en el poder y la misericordia de Dios. Como lo hizo en Las Lajas, la fe puede transformar lo imposible en realidad, abriendo caminos donde no los hay y realizando milagros cuando todo parece perdido.

Hoy, oramos por aquellos que luchan con la duda y la incredulidad. Que tu ejemplo, Virgen de Las Lajas, inspire en ellos una fe renovada, capaz de mover las montañas de dificultades que enfrentan en sus vidas.

ORACIÓN: Madre de la fe, fortalece mi confianza en Dios y en tu intercesión poderosa. Que mi fe, aunque sea pequeña, sea suficiente para superar los obstáculos que se presentan ante mí. Ruega por mí y por todos aquellos que necesitan un aumento de fe. Amén.

DÍA TERCERO (9 de septiembre)
En momentos de dolor y sufrimiento, encontramos en María un refugio seguro. Ella, que conoce nuestras aflicciones, nos ofrece consuelo y esperanza. Bajo su manto, podemos depositar nuestras penas y confiar en que su amor maternal nos sostendrá y nos guiará hacia la paz.

Hoy, te pedimos por aquellos que sufren, ya sea en cuerpo, mente o espíritu. Que encuentren en ti, Virgen de Las Lajas, un refugio en medio de sus tormentas, y que tu consuelo les brinde la fortaleza necesaria para superar sus pruebas.

ORACIÓN: Virgen consoladora, acoge mis dolores y transforma mi tristeza en esperanza. Dame la fuerza para seguir adelante, sabiendo que bajo tu protección encuentro refugio y paz. Intercede por todos aquellos que hoy necesitan consuelo en sus vidas. Amén.

DÍA CUARTO (10 de septiembre)
María es el ejemplo supremo de humildad. Ella, la elegida por Dios para ser la madre de su Hijo vivió una vida de sencillez y obediencia. Su humildad nos enseña a reconocer nuestra pequeñez ante Dios, pero también a confiar en su gran amor y misericordia.

Hoy, oramos por aquellos que luchan con el orgullo y la soberbia. Que aprendan de ti, Virgen de Las Lajas, a vivir en humildad, aceptando la voluntad de Dios con alegría y sumisión.

 ORACIÓN: Madre humilde, enséñame a vivir en la sencillez y humildad de corazón. Que, como tú, pueda aceptar la voluntad de Dios en mi vida con amor y docilidad. Ayúdame a reconocer mi dependencia de Él en todo momento. Amén.

 DÍA QUINTO (11 de septiembre)
María vivió una vida de pureza, consagrada enteramente a Dios. Su pureza no es solo física, sino también espiritual, reflejando una vida libre de pecado y totalmente entregada a la voluntad divina. Es un modelo de santidad al que todos estamos llamados a aspirar.

Hoy, pedimos por aquellos que luchan con tentaciones y pecados que los alejan de Dios. Que encuentren en ti, Virgen de Las Lajas, el ejemplo y la fuerza necesarios para vivir en pureza y santidad. 

ORACIÓN: Virgen purísima, ayúdame a vivir en la pureza de corazón. Libérame de las tentaciones que me alejan de Dios y guíame por el camino de la santidad. Intercede por todos aquellos que necesitan la gracia de la pureza en sus vidas. Amén.                                                                                                                 

DÍA SEXTO (12 de septiembre )
El amor de María es un reflejo del amor de Dios. Un amor que se entrega sin reservas, que se sacrifica por el bien de los demás y que busca siempre el bien del prójimo. Es un amor que nos invita a amar como Dios nos ama, sin condiciones ni límites.

Hoy, oramos por aquellos que sienten que les falta amor en sus vidas, amor de los demás o el amor de Dios. Que, a través de ti, Virgen de Las Lajas, experimenten el amor puro y transformador que solo puede venir de lo alto.

ORACIÓN: Madre del amor hermoso, llena mi corazón con el fuego de tu amor. Ayúdame a amar a Dios sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mí mismo. Que mi vida sea un reflejo del amor divino. Amén.

DÍA SÉPTIMO (13 de septiembre)
María fue obediente a la voluntad de Dios desde el momento de la Anunciación hasta la Cruz. Su obediencia no fue una sumisión ciega, sino una aceptación amorosa y confiada en los planes de Dios. Su ejemplo nos invita a ser obedientes a la voz de Dios en nuestras vidas, confiando en que Él siempre sabe lo que es mejor para nosotros.

Hoy, pedimos por aquellos que luchan con la resistencia a la voluntad de Dios. Que aprendan de ti, Virgen de Las Lajas, a aceptar con amor y confianza los designios de Dios, aun cuando no los comprendan completamente.

ORACIÓN: Virgen obediente, dame la gracia de aceptar la voluntad de Dios en mi vida, aun cuando no la entienda. Que mi obediencia sea completa y sincera, como la tuya. Intercede por todos aquellos que necesitan someterse a la voluntad de Dios con fe y confianza.

DÍA OCTAVO (14 de septiembre)
María es la Madre de la Iglesia, la madre de todos los creyentes. Desde el momento en que Jesús la encomendó a Juan al pie de la cruz, María ha cuidado de la Iglesia con amor maternal. Su intercesión ha sostenido a la Iglesia a lo largo de los siglos, guiándola en momentos de dificultad y protegiéndola de los peligros.

Hoy, oramos por la Iglesia, especialmente en tiempos de crisis y división. Que tú, Virgen de Las Lajas, como madre de la Iglesia, intercedas para que permanezca unida en la fe, firme en la verdad y ardiente en la caridad.

ORACIÓN: Madre de la Iglesia, intercede por nosotros, tus hijos, para que seamos siempre fieles a Cristo y a su Iglesia. Que, bajo tu protección, la Iglesia permanezca unida y firme en la fe, irradiando el amor y la verdad de Cristo al mundo entero. Virgen de Las Lajas, cuida a tu Iglesia y guíala siempre hacia tu Hijo, nuestro Salvador. Amén

DÍA NOVENO (15 de septiembre)
María, como Reina del Cielo y Madre de Misericordia, tiene el poder y la gracia de interceder por nosotros ante el trono de Dios. Su amor maternal no conoce límites, y su deseo es llevarnos a su Hijo, nuestro Salvador. En este último día de la novena, reflexionamos sobre su papel como mediadora y dispensadora de las gracias divinas. Al finalizar este tiempo de oración, nos preparamos para entregarnos completamente a ella, confiando en su guía y protección.

Hoy, te pedimos, Virgen de Las Lajas, que intercedas por todos aquellos que están lejos de Dios, que se han apartado de la fe o que han perdido la esperanza. Que, a través de tu poderosa intercesión, sus corazones sean tocados y regresen al amor y la misericordia de tu Hijo.

ORACIÓN: Virgen de Las Lajas, Reina del Cielo y Madre de Misericordia, te suplicamos que derrames tus gracias sobre nosotros y sobre todos aquellos que han perdido el camino. Llámanos de nuevo a tu Hijo y fortalécenos en nuestra fe. Que, bajo tu guía, siempre permanezcamos en la gracia de Dios. Amén.

Adaptado de: https://caballerosdelavirgen.org/wp-content/uploads/2024/09/NOVENA-VIRGEN-DE-LAS-LAJAS.pdf